Muchas veces pensamos en la procrastinación como dejar para después tareas, pendientes o decisiones… pero rara vez miramos lo más importante: lo que postergamos sentir.

Cada emoción que no expresamos no desaparece, simplemente busca un lugar donde guardarse. Se esconde en el cuerpo, se acumula en silencio y, con el paso del tiempo, ese silencio empieza a tener un precio cada vez más alto. Lo invisible termina haciéndose visible en síntomas, tensiones, malestares… y en el caso de la disfunción tiroidea, se vuelve un mensaje urgente.

En este episodio te invito a mirar lo que significa demorar lo que llevamos adentro. Eso que no se ve, pero que sostiene todo lo demás. Porque lo que no se expresa, el cuerpo lo grita.

Y cuando te animás a darle lugar a lo que sentís, algo cambia: dejás de sostener sola ese peso interno y abrís espacio para que tu energía, tu mente y tu tiroides puedan recuperar equilibrio.

Este episodio es una invitación a dejar de aplazar tu mundo emocional y empezar a reconocer que atenderlo no es un lujo: es parte de tu sanación.